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Cómo incentivar la lectura en nuestros niños

Cómo incentivar la lectura en nuestros niños

A continuación te entregamos siete importantes claves para propiciar la lectura de tus hijos de acuerdo a la recomendación de los expertos dedicados al fomento de la lectura en el país.

El lenguaje es una habilidad transversal a todas las actividades cognitivas. Desde que nacemos, ponemos todo lo que aprendemos en palabras, desde los procesos lógicos hasta las artes e incluso el aprendizaje de otros idiomas. Hoy sabemos que los hábitos lectores inciden fuertemente en las habilidades verbales, sociales, creativas, emocionales e incluso en el éxito profesional futuro de nuestros niños, representando la llave más efectiva hacia la sociedad del conocimiento.

Esto se vuelve particularmente relevante si consideramos que hoy cerca del 40% de los alumnos chilenos que egresa de la educación media no entiende completamente lo que lee y que una proporción similar de los estudiantes que egresan de carreras pedagógicas corre la misma suerte.

Leer es un proceso complejo y por lo mismo solemos evitarlo si no adquirimos el hábito desde los primeros años de nuestras vidas. Es ahí donde el aporte de los padres o apoderados es esencial, independiente del nivel socioeconómico.

1- La lectura por placer:

Los expertos coinciden en que para formar buenos lectores, la lectura debe hacerse por placer. Un ejemplo lo podemos encontrar en las recomendaciones de Monique Zepeda, experta animadora a la lectura que entrevistó educarchile.

Mirentxu Anaya, Directora de política educativa de Educación 2020, acota que el ideal es que “a las mamás o papás les gusten los cuentos que van a contar y que se elijan temáticas de interés de los niños. El hábito se crea desde el gusto por la lectura. Ojalá que sea una rutina diaria que sea muy entretenida, dinámica y participativa. El niño tiene que ser muy protagonista de este momento”.

Muy al contrario, la lectura a veces se usa como un espacio de castigo cuando no se han concretado otros logros, dice Paula Larraín, Gerente de Biblioteca Viva. “La lectura se convierte en una obligación y los papás y los profesores me dicen de tal a tal hora tienes que leer o si te comes toda la comida puedes jugar play o si no te vas a leer a la pieza. Nosotros nos movemos mucho a través de asociaciones”, dice.

Cuando hay placer hay retención y aprendizaje. Se pierde el placer cuando los alumnos estudian estratégicamente para las pruebas en base a lo que serán evaluados y ello conlleva al aburrimiento y el olvido de lo leído.

“En muchos casos uno se da cuenta de que la gente no lee nada o que ve la lectura como una obligación es justamente porque aprendieron a leer a puntada de coscorrones y castigos, de malos ratos con sus padres y profesores o nadie que te haya presentado la lectura como algo atractivo”, dice Paula Larraín de Biblioteca viva.

2- Desde los primeros años

Hoy podemos presentar los libros a nuestros niños desde los primeros años de vida gracias a la existencia de formatos especialmente diseñados para bebés. Libros de madera, de plástico para llevar a la tina, de cartoné con tapas duras o goma eva para poder morder son algunas de las posibilidades que pueden comprarse o encontrarse en bibliotecas públicas y “guaguatecas”, como ha implementado la Biblioteca de Santiago.

“Familiarizar a los niños con los libros desde la primera infancia sin duda va a traer beneficios cuando ya aprendan a leer. En las casas, que los libros no estén en alturas y cerrados con ventanas o puertas sino que estén bien accesibles, que los niños puedan saber que los libros son cotidianos. Eso va a significar que van a despertar cierta curiosidad y que cuando ya aprendan a leer no van a aprender sólo a decodificar sino que va a estar cargado con un cariño de por medio”, dice Mónica Bombal, experta del Mineduc y coordinadora del Plan nacional de fomento a la lectura.

3- Predicar con el ejemplo

Los expertos coinciden en que uno de los aspectos principales para el fomento lector es la influencia indirecta de los padres al tener hábitos lectores en la casa, desde leer libros a comentar las noticias del diario.

“Es bastante clave y determinante que los niños vean a sus padres leyendo. Los padres pueden saber y les pueden contar cuentos, pero lo que más impacta al niño es ver esa práctica en sus padres y verlos disfrutando, gozando de la lectura. Y no tiene que ser un tratado teórico, puede ser una revista, un diario, en fin”, aconseja Mirentxu Anaya de Educación 2020.

El ejemplo es siempre mucho más efectivo que una orden racional. “Decirle a los niños que es importante leer si es que a uno nunca lo ven leyendo es tremendamente contraproducente. El niño no va a aprender el mensaje, se está comunicando algo que no tiene su correlato”, comenta Mónica Bombal del plan nacional de fomento de la lectura.

4- Generar espacios

Los expertos coinciden en que no hay un lugar perfecto, que no es necesario un lugar con silencio absoluto, pero sobre todo que hay que generar un espacio con el niño aunque se tenga mucho trabajo.

Mirentxu Anaya dice que “más que un ambiente físico, se trata de crear un espacio sagrado frente al tema de la lectura. No tiene que haber tanto silencio porque a veces las condiciones en el hogar no nos permiten que así sea. Pero sí decir ‘éste es nuestro momento’, el momento en que yo como adulto estoy a tu entera disposición”. Agrega que “puedes elegir ponerte abajo de la mesa con un mantel blanco, en la noche antes de acostarse o hacer ejercicios de lectura y cuentacuentos mientras estás cocinando un plato de comida y le cuentas un cuento de acuerdo a esa historia o las recetas de cocina que estás preparando”.

Paula Larraín agrega que “más que generar un tipo de ambientes, uno tiene que poder adaptarse a los que vive. Uno lee en el metro, en un espacio de espera, cuando está en el dentista, en una biblioteca, incluso el libro que no quisiste dejar de leer en la calle. Lo más importante es que quieras tanto hacer eso que logres abstraerte un poco de lo que estaba pasando”.

5- La variedad en la lectura

De acuerdo a Paula Larraín, no hay ninguna lectura ni formato más importante que el otro cuando se trata de leer. Lo más importante es exponerse a distintos tipos de lecturas y tener la posibilidad de elegir los que más nos gustan desde pequeños. “Yo creo que a través del computador también estamos haciendo una lectura de un material que a ti te interesa. Creo que los seres humanos somos súper diversos, no creo que determinados tipos de lecturas hacen a algunos lectores y otros no. Todos somos potenciales lectores, tenemos que elegir finalmente lo que nos gusta y tener la libertad de ir picoteando entre uno y otro. Podemos tomar un libro y si no nos gustó dejarlo a la mitad. Quizás una revista, desde algo súper banal hasta después leer un clásico”.

6- El uso de las bibliotecas

Ojalá todos pudiéramos tener nuestras casas con paredes llenas de libros, objetos de arte y arquitectura y un buen sillón para leer en familia. Pero esa no es la única alternativa existente para fomentar la lectura. La labor de las bibliotecas es fundamental cuando no se cuenta con los recursos suficientes o se vive con grandes familias. La única clave para esto es la voluntad de los más grandes.

Paula Larraín enfatiza que las posibilidades son muchas, así que tome nota. “Si bien muchas veces no hay tiempo o no tenemos los recursos económicos para hacerlo, para eso existen las alternativas de bibliotecas públicas, bibliotecas escolares, bibliotecas en los malls, el bibliobús que hay en varias regiones de Chile. Entonces esas mismas alternativas de material se pueden tener a disposición en la casa a través de un préstamo si tener que incurrir en grandes montos de plata”, propone Mónica.

Algo que también pueden hacer los más grandes gracias al acceso gratuito a un gran número de volúmenes a través de bibliotecas comunales o dentro de sus propios establecimientos. “Busque en las bibliotecas públicas, en los centros culturales, en las bibliotecas escolares. Hoy existe una gran cantidad de variedad de libros que están disponibles gratuitamente. Solo hay que salir a buscarlos”, aconseja Mónica Bombal.

7- Los rezagados también pueden formar un hábito lector

Según Mónica Bombal, siempre se puede formar un hábito lector aunque se haya tenido una mala educación, siempre que exista la disposición:

“Formar los hábitos desde más chiquititos cuando existe el amor es claramente un terreno abonado y es fácil hacerlo. Es más difícil donde los jóvenes han tenido un vacío en su formación lectora inicial. Entonces no valoran la lectura y, claro, leer es un proceso complejo, solitario e implica concentración. Para esos jóvenes es importante tal vez partir con textos más cortos, con los cómics y no exigirles que de un día para otro lean un libro de 200 páginas sino que ir buscando de a poquito que se vaya enganchando e ir aumentando sus posibilidades de concentración y de interés”, dice Mónica.

“Existe gente que no ha tenido la oportunidad de tener buenos libros, buenos papás o abuelas o profesores que te hayan leído y se transforman en buenos lectores después. La vida tiene muchos giros”, agrega la profesora de Historia y experta en fomento lector.

La lectura no es la única habilidad que debemos desarrollar a lo largo de nuestras vidas. No hay que desestimar procesos como la socialización, el desarrollo de actividades extracurriculares, la disciplina del trabajo y actividades culturales. Al contrario, es bueno visitar museos y centros culturales con frecuencia, sobre todo cuando no se tiene la posibilidad de viajar. La lectura, sin embargo, es la única habilidad transversal al currículum escolar en todos los sectores y subsectores y la herramienta más importante para insertarse en la sociedad del conocimiento.

Extraído de http://www.educarchile.cl/ech/pro/app/detalle?ID=215709